Índice
Primera Sección
I. Monismo
II. Materialismo, Animismo y Panspermia
III. Panteísmo y Politeísmo
IV. Comunismo y Transhumanismo
Nota: Esta sección está en desarrollo y continuará en desarrollo el resto de mi vida. Sin embargo, espero terminar una "primera versión" tocando la mayoría de los temas que quiero tocar este 2021.
I. Monismo
¿Cuál es la pregunta más básica que te puedes hacer? La estructura del lenguaje mismo te da algunas pistas. Las preguntas tienden a empezar así: con palabras como que, cuando, donde, quien. Si estás pensando en el objeto directo de la oración te estás adelantando. Todos los problemas de la filosofía están interconectados y se pueden resolver desde este nivel básico: ¿Qué? Algo. ¿Cuándo? Ahora. ¿Donde? Aquí. ¿Quién? Yo. ¿Cómo? Así. ¿Cuál? Este. ¿Cuánto? Uno. ¿Cuán? Todo. ¿Porqué? Porque sí.
¿Qué? Esta pregunta fluye hacia un verbo en particular. ¿Lo sientes? Es el verbo de ser y estar. ¿Qué es...?, ¿Qué está...?, ¿Qué hay...? Ahora piensa, independientemente de qué sea esto, ¿Es algo? Hemos llegado, así de rápido, a lo que yo considero el problema filosófico más fundamental. ¿Hay o no hay algo? Además considera que, lógicamente y por definición, si hay algo entonces eso que hay es lo que Es, o por lo menos parte de lo que Es. Es decir, que si hay algo, cualquier cosa, hay Ser.
La afirmación de que "hay algo" no puede ser negada racionalmente puesto que tanto la pregunta cómo cualquier respuesta posible son algo. Pero esta afirmación puede ser deformada, y frecuentemente es deformada de las siguientes maneras: A) Por la vía del nihilismo. No se niega que haya algo sino que se le niega cualquier significado o valor intrínseco, tornando epistémicamente irrelevante la pregunta por el Ser y cualquier otra pregunta o respuesta sobre cualquier cosa. B) Por la vía del solipsismo. En donde todo lo que hay se percibe como Yo, toda la realidad como una creación o proyección de la propia consciencia. La filosofía occidental moderna de vertiente idealista derivada de malos filósofos como Kant y Descartes tiende hacia el solipsismo pero escapa de este postulando a un ser fuera del Ser. La realidad entonces no es producto de mi mente sino de la mente de este ser fuera del Ser y esta es la base fundamental de toda la filosofía idealista. Pero ¿Puede realmente haber algo fuera del Ser?
Primero veamos lo que puede haber dentro del Ser. Afirmando pues que "hay algo", si queremos investigar más a fondo que es eso que hay podemos empezar por cuestionarnos si lo que hay es una cosa o varias cosas. Para ello no basta especular con conceptos y palabras sino que es fundamental el ejercicio de la percepción.
Lo que percibimos tiene la apariencia de lo múltiple, pero entendemos conceptualmente la relatividad de esta multiplicidad de cosas. Veo una silla y veo sus cuatro patas y sé que las cuatro patas son parte de una única silla. Y puedo ver relaciones análogas entre todas las cosas: Puedo percibir que hay varias personas y yo mismo y entender conceptualmente que juntxs conformamos un pueblo; que todos los pueblos en conjunto conforman una única humanidad; que la humanidad en conjunto con todas las demás especies de seres vivos conforma una única biósfera. Pero no sólo es posible entender conceptualmente todo esto sino que también es posible percibirlo.
Puedes observar muchas cosas frente a ti ahora pero mientras lees tu percepción visual ha separado la pantalla o superficie en que estás leyendo estas letras de todo lo demás que se encuentra detrás o alrededor. Todo eso se ha convertido en una única cosa: el fondo. Y continuará siendo el fondo mientras continúes tu leyendo. Quizás, si tienes tus manos sobre la superficie o la pantalla, estas se han convertido en un primer plano, seguramente más borroso que la pantalla misma. Estos planos son la consecuencia inevitable de vivir en un mundo tridimensional, un mundo de volúmenes. Geométrica y visualmente tus manos pueden ser un primer plano pero conceptualmente siguen siendo fondo.
La vista me sirve para distinguir cosas, para separar aquello en lo que me enfoco del resto de lo visible. Los conceptos me sirven para darme cuenta de que el conjunto de todos los elementos que veo frente a mí puede entenderse como una única cosa a nivel conceptual: ese "lo visible", lo que estoy viendo ahora. Operaciones análogas pueden hacerse a partir de las impresiones del resto de los sentidos. Experimentar constantemente la naturaleza subjetiva y arbitraria de todo lo que puedo llegar a considerar una cosa aparte de las otras cosas es indispensable para llegar a tener una percepción correcta de la realidad. Esto solo es posible a partir de la corroboración reiterada en la experiencia directa.
Para zanjar definitivamente la cuestión de si "eso que hay" es una cosa o varias cosas podemos investigar si "eso que hay" es, conceptualmente, "todo lo que hay". Si lo es será una cosa: el Todo o Absoluto. Si no lo es será porque habrá más de una cosa.
Cuando vemos el mundo circundante vemos superficies, pero sabemos que las superficies forman parte de volúmenes. No distinguimos entre la cara visible del objeto que observamos y la cara posterior, invisible, como si se tratara de dos objetos distintos. También sabemos que una superficie contiene infinitas líneas que contienen infinitos puntos y sabemos que un volumen contiene infinitas superficies. Dado que somos un cuerpo volumétrico en un mundo de entidades volumétricas la noción más común de totalidad es la de un "volumen que contiene todos los demás volúmenes", esto es básicamente lo que se suele entender por "el Universo". Algunas personas piensan que hay múltiples Universos -un absurdo lingüístico dado que Universo (del latín unus que significa uno y verso que significa girar y que puede entenderse como "uno y todo lo que lo rodea" o bien, simplemente, como "todo") implica necesariamente una única cosa. A estas personas que hablan del Multiverso y múltiples Multiversos es fácil responder con un nuevo concepto para abarcar todos los Multiversos como puede ser "Omniverso". Regresamos pues a que hay una cosa.
Pero pensar en la totalidad como una mera cuestión de volúmenes es simplista y parcial. Más bien es una cuestión de dimensionalidad; la dimensión que refleja una relación con el volumen análoga a la del volumen con respecto a la superficie y a la de esta con la línea y a la de esta con el punto no es simplemente un "volumen más grande" sino una dimensión cualitativamente superior capaz de contener infinitos volúmenes.
Con la línea aparece un eje espacial, llamémosle Z. Con la superficie aparece un segundo eje, Y. Con el volumen aparece un tercer eje, X (es preferible ordenarlas así, al contrario de lo que hace la física contemporánea, porque así resultará más lógico añadir más dimensiones si es que las descubrimos).
La siguiente dimensión inaugura un nuevo eje que se extiende en un dirección que no es posible representar en tres dimensiones y que es ortogonal a esas tres dimensiones.
Ahora mismo estamos dando rotando por el espacio volumétrico a unos 1,600 km por hora. Y trasladándonos a unos 111,000 km por hora alrededor de nuestro Sol. El Sol también se mueve, en varias direcciones simultáneamente, órbitando la Vía Láctea a unos 718,000 km por hora. Y además, adivinaste, la galaxia también se mueve. A unos 2,155,233 km por hora, en muchas direcciones muy difíciles de ubicar puesto que en esta escala dejan de haber puntos de referencia.
Desglosemos esto, todas las pistas están aquí: Nota que ni siquiera es posible hablar del movimiento sin hacer referencia al tiempo. Si hablamos de movimiento es que hablamos de distancias recorridas en el espacio-tiempo (en un nuevo eje, W) y si hablamos de espacio-tiempo en primer lugar es porque entendemos que todo lugar en el espacio es simultáneamente un lugar en el tiempo. El tiempo del espacio-tiempo es la dimensión que contiene infinitos volúmenes espaciales. Trasciende al espacio volumétrico y a todo volumen que pudiera contener este.
La línea, la superficie y el volumen describen diferentes órdenes de magnitud espacial, todas contenidas en un espacio de magnitud superior que llamamos espacio-tiempo. Y así llegamos nuevamente a una única cosa, el espacio-tiempo. Podemos repetir este proceso con respecto al espacio-tiempo postulando un nuevo eje espacial en una dirección opuesta a todas las demás direcciones, V, que contenga infinito(s) espacio-tiempos(s). Pero esa nueva magnitud espacial será una única cosa también. Es posible atisbar de esta manera con la razón dimensiones superiores, pero por ahora basta saber que el mismo patrón se repetirá y la Totalidad regresará. Lo anterior es una abstracción intelectual. Esto no se trata de física, ni siquiera de los rudimentos más fundamentales de la geometría, sino de principios ontológicos.
Pensemos, de esta manera abstracta, en el mundo circundante. Ya hemos visto que "eso que hay" llega a nuestra percepción bajo la apariencia de lo múltiple y que, no obstante, puede ser entendido como una sola cosa. Lo podemos entender así con el intelecto y percibir así con las sensaciones. ¿Cómo es esto posible? Es que opera un principio filosófico fundamental, la relatividad, y en este nivel macro en el que estamos hablando la relatividad opera dimensionalmente. Todo está relacionado y es por lo tanto relativo. Todo lo que es relativo a algo requiere de tres componentes: dos cosas diferentes y comparables y una tercer cosa diferente y comparable que desempeña la función de marco de referencia respecto a las dos primeras. El movimiento es el principio de Relatividad en acción. Todo movimiento físico, todo movimiento de volúmenes en el espacio-tiempo, sigue esta ley que se expresa como F=ma. Sucede algo análogo con respecto a movimientos no físicos; un silogismo filosófico del tipo "P entonces Q, no Q, por lo tanto no P" representa otro tipo de movimiento, en el que también podemos encontrar los tres componentes en la forma de la afirmación, la negación y la síntesis de ambas. El movimiento en su sentido más fundamental se refiere al movimiento interno en todas las cosas que resulta de la contradicción interna de cada cosa en particular.
Lo que hay entre la Totalidad y cada cosa en particular es un movimiento: El movimiento a través del cual lo Uno se torna Múltiple y lo Múltiple se reconstituye en Uno, el tránsito de la unidad a la multiplicidad y viceversa. El Todo como Uno deja de ser Uno (siempre desde un marco de referencia dado) en la medida en que, a causa de su contradicción interna, se separa en dos. Estos dos aspectos del Uno son el uno y otro aspectos de su contradicción interna. Al relacionarse estos dos aspectos entre sí, no ya como una sola cosa sino como dos cosas diferentes, aparece una tercera cosa que sintetiza y reconcilia la contradicción. El resultado de todo este proceso es, una vez más, una única cosa que sin embargo contiene en sí misma estos movimientos. Es la primera cosa potenciada. He aquí el motor de la dialéctica y la fuente de todo movimiento.
II. Materialismo, Animismo y Panspermia.
III. Panteísmo y Politeísmo.
IV. Comunismo y Transhumanismo.
Sobre la geopolítica contemporánea
La idea de un orden tripolar entre Rusia, China y "Estados Unidos" es fantasiosa. El presente y futuro de Rusia depende de China, el presente y futuro de China depende de Rusia. ¿Cuánto tiempo podría sostenerse Rusia como un estado libre y soberano apoyándose únicamente en su poderío militar? ¿Un siglo, siglo y medio? Rusia con sus pocos más de 80 millones de habitantes no puede tener esperanza alguna de ganar una carrera armamentística contra la OTAN a mediano y largo plazo. Y es más que ingenuo imaginar que los imperialistas permitirían el continuado desarrollo pacífico de China si no estuviera ella bajo el paraguas nuclear ruso. No, a nivel geopolítico tenemos que hablar de Rusia-China. O China-Rusia, como mejor te parezca. Los contendientes en el escenario global son Rusia-China y la OTAN, "Estados Unidos" por sí mismo no es capaz de enfrentar a Rusia-China y además Rusia-China tiene de su lado a los demás países soberanos dispuestos a luchar contra el imperialismo; tan solo Corea Popular e Irán bastan para modificar el balance global de fuerzas a favor del campo antiimperialista. Mientras tanto del lado de la OTAN hay grandes dudas respecto a la capacidad y el entusiasmo de algunos miembros de la alianza (como Italia, Turquía e incluso la misma Alemania) de participar en el tipo de guerra que sería necesario librar para llevar a la OTAN al dominio del mundo por medios militares.
No hay un solo tema de peso, una sola dimensión estratégica en donde no converjan los intereses nacionales rusos y chinos. Aunque algunos demagogos racistas hablan de fricción entre civilizaciones, no hay tal fricción. La política exterior de ambos estados a largo plazo está enfocada al establecimiento de un marco legal internacional realmente efectivo a partir de la infraestructura de Naciones Unidas; dentro de este esquema cabe la posibilidad de un orden multipolar en la medida en que diversos estados logren desarrollarse al nivel de grandes potencias. Al mismo tiempo se promueve la integración económica de la zona euroasiática y se avanza en la construcción de la infraestructura de la franja y la ruta. No es demasiado prematuro pensar en una Unión Euroasiática hacia mediados del presente siglo incluso en el caso de que (toco madera) no se restaure el socialismo en Rusia o se restaure por completo el capitalismo en China.
Y es que esto va más allá de lo político. Tras la crisis de los noventas, las invasiones contra Yugoslavia, Afganistan e Irak, la expansión hacia el este de la OTAN y el cerco a Rusia ha quedado muy claro que para "Estados Unidos" la llamada "guerra fría" no se trató de un conflicto político ni ideológico sino de un conflicto en esencia militar y estratégico. Y además que, en consecuencia, la "guerra fría" nunca terminó sino que continuamos en ella y hacia el 2020 estamos en su punto más tenso hasta ahora.
Para "Estados Unidos" es ultimadamente irrelevante el que un país sea una república socialista o una monarquía o una dictadura militar; si representa una amenaza a las ambiciones hegemónicas del imperialismo, ese país debe ser destruido. Claro está que los imperialistas entienden cabalmente que el marxismo-leninismo es su enemigo más peligroso, pero tienen una única receta para lidiar con todos sus enemigos grandes y pequeños: el exterminio. Una receta que no obstante varios pueblos ya han sabido resistir y vencer.
Cuando la URSS se desintegró, "Estados Unidos" se vio en una posición inédita en la historia. No podía permitir el colapso total de Rusia pues eso hubiera significado la posible pérdida de cabezas nucleares y otras armas extremadamente poderosas en el mercado negro. La doctrina del shock pretendió manejar un colapso controlado de Rusia: sumiendo a la población civil en la pobreza y ahorcando las finanzas del estado con la intención de que este se viera obligado a reducir su ejército y arsenal. Putin salvó a Rusia de ese destino. Si ha habido estabilidad en el mundo en los últimos 20 años es gracias al trabajo de este hombre en particular, Putin. Rusia ha logrado conservar su posición como gran potencia libre y soberana y detener los procesos que la corroían. Pero también ha pretendido convertirse en una suerte de "último baluarte" de la cultura "occidental" y del cristianismo. ¿Vale la pena esta apuesta? ¿Cómo llegó "occidente" al grado de degeneración en que se encuentra actualmente?
La caída de "occidente" comenzó cuando este se negó a continuar en la senda del llamado pensamiento ilustrado. El socialismo en general y el marxismo-leninismo en particular son los últimos frutos del pensamiento ilustrado pero no tuvieron cabida en la cuna de la ilustración. A diez años de la primera revolución proletaria en Francia se instauró el imperio napoleónico y a catorce del levantamiento espartaquista en Alemania se instauró el tercer reich. Así la revolución se trasladó al este y el este vio nacer los primeros estados socialistas: la Unión Soviética y la República Popular China. Pero la revolución pronto logró extenderse hasta la pequeña Cuba, frente a las fronteras de "Estados Unidos", perro guardián del imperialismo. Los brotes revolucionarios en África y Latinoamérica y la derrota de los ejércitos imperialistas en Corea y Vietnam demostraron que la revolución no podía ser contenida únicamente con escuadrones de la muerte y bombardeos, que las tácticas bélicas genocidas de "Estados Unidos" podían ser vencidas incluso por países pequeños con recursos limitados. Los imperialistas se dieron cuenta de que debían enfocarse en otras dimensiones, en lo cultural e ideológico, en lo simbólico. ¿Pero con qué armas contaban en estos terrenos? ¿Con qué armas podían aspirar a hacer frente a la idea misma de la revolución comunista?
Habiendo abandonado el pensamiento ilustrado, "occidente" se volcó en un primer momento a su polo opuesto: el pensamiento romántico. Así como el marxismo-leninismo es el último fruto de la Ilustración, el fascismo en general y el nazi-fascismo en particular es el último fruto del pensamiento romántico, cuyas raíces se hunden en el idealismo, sobre todo en el idealismo alemán. Pero el romanticismo no tuvo el mismo peso que en Alemania en otros pueblos de "occidente" y en especial en el pueblo anglosajón.
Hacía principios del siglo pasado todos los imperios europeos se dedicaban a la explotación de esclavos y el saqueo de sus llamadas colonias y a la competencia interimperialista en territorio europeo. "Estados Unidos" no tenía grandes extensiones coloniales y había reemplazado su sistema esclavista por un sistema conocido como la "segregación" para regular la coexistencia en un mismo territorio entre ciudadanos con plenos derechos y ciudadanos de segunda, sobre todo ex-esclavos negros y los primeros negros nacidos no-esclavos (no se puede decir que las mujeres de cualquier "raza" figurasen como ciudadanas al no tener ellas derecho al voto). Este sistema, creado para oprimir sistemáticamente a una parte considerable de la población serviría de inspiración para el diseño de la política racial del nazismo en Alemania y la popularización de ideas como la eugenesia y la higiene social en Europa.
Sin embargo siempre hubo un desacuerdo entre los racistas anglosajones y los racistas continentales. El racismo alemán, anclado en la idealización de la "raza aria", buscó manifestar su pretendida superioridad a través de la construcción del tercer reich, de la expansión territorial, del sometimiento de los otros pueblos ante el poder de las armas alemanas. Todo su arte, toda su propaganda, todo su ímpetu espiritual está enfocado en traer al gran patriarca y caudillo "ario" del mundo de la fantasía y la imaginación al mundo de la realidad para sacrificarlo en el altar de la raza y nación y construir a partir de su sacrificio un imperio de mil años. Una gran operación mágica. Deutschland über alles. El racismo anglosajón, por el contrario, no es tanto una exaltación de la propia "raza" como un desprecio por las otras "razas". Es un racismo no-romántico, cuya esencia es el miedo, que refleja una visión del mundo en donde el pueblo anglosajón asume que todos los otros pueblos son tan repugnantes como él mismo y, aterrado ante esta visión, decide que su única posibilidad de supervivencia es destruirlos o someterlos. Mientras que el racismo alemán mama de Hegel y Nietzsche, el racismo anglosajón mama de Hobbes.
Recordemos que "Estados Unidos" hizo grandes negocios vendiendo suministros de guerra, gasolina y otros insumos a todos los países en conflicto durante ambas "guerras mundiales" y que en la "Segunda Guerra Mundial" fue el principal proveedor de petróleo del nazismo incluso después de entrar oficialmente a la guerra en el 1941 e.c. junto a "los aliados". "Estados Unidos" enviaba este petróleo tanto a través de la Standard Oil de los Rockefeller como a través de su colonia de facto en la Venezuela del títere Medina Angarita. El objetivo: propiciar la destrucción o cuando menos el debilitamiento de la URSS. Para "Estados Unidos" el tercer reich siempre fue un competidor en el camino al dominio global pero solo hasta que Alemania fue detenida en el frente oriental es que decidió enviar tropas a fin de capturar territorio alemán e impedir a la URSS ocupar la totalidad de Alemania; aprovechando para llevarse a "Estados Unidos" a tantos científicos y militares nazis como pudiera, rescatándolos de la merecida horca. Al mismo tiempo, el racimo gringo debió adaptarse a la transformación del capitalismo global durante el siglo pasado: los pueblos de siervos y esclavos sometidos al látigo imperialista pasaban de ser productores a ser productores y consumidores de basura imperialista.
Con el fin de la guerra en Europa llegó también el fin del proyecto civilizatorio del nazismo. "Occidente" estaba en ruinas, la URSS se alzaba triunfante, mientras que en China la guerra continuaba y el partido comunista chino se acercaba también a la victoria. "Estados Unidos" tenía una oportunidad única de imponer en Europa un nuevo proyecto civilizatorio y debía hacerlo si quería detener el avance de las ideas revolucionarias. Pero ya no podría recurrir a su estilo cultural característico, el racismo. Y sin el racismo no tenía más que algunas nociones de liberalismo clásico y un fetichismo por la república e imperio romanos. "Estados Unidos" se dió cuenta de esta situación y puso a trabajar a sus universidades y think tanks, a sus intelectuales, a sus agencias de inteligencia y espionaje, a todos los recursos con los que contaba como estado con el propósito de encontrar algo que pudiera servir como base ideológica de su proyecto de convertirse en la potencia hegemónica global. Es en este contexto que deben entenderse proyectos como MKUltra/Monarch o Montauk y la operación Paperclip.
No sé si fuera o no el objetivo del "estado profundo" gringo y sus agencias de inteligencia, pero después de los 60s y las guerras de Corea y Vietnam, la psique "estadounidense" se volcó al nihilismo. Yo pienso que pudo haber sido un desarrollo mas bien orgánico y me puedo imaginar a los detentadores del poder con ansiedad y alarma al notar la propagación inicial del nihilismo en las universidades y el mundo del arte. Pero en cualquier caso la ansiedad y alarma se disiparon cuando el nihilismo demostró funcionar de maravilla para fomentar tanto el desinterés por el activismo en contra de las guerras como el consumo de comida, artículos y experiencias basura. El "estado profundo" y las agencias de inteligencia pronto convirtieron este nihilismo en una poderosa arma para la guerra espiritual y psíquica, en una eficiente herramienta de control social y en la base del estilo cultural que conocemos ahora como "consumerismo".
Esta es la situación que prevalece hasta nuestros días. A través de su maquinaria de magia llamada Hollywood y de su industria musical, "Estados Unidos" impuso el nihilismo a base de una estrategia de sobresaturación de los canales culturales de "occidente", primero sobre sus aliados y vasallos y después sobre el mundo. Esta estrategia se empieza a agotar, pero la difusión de esta cultura de "nihilismo occidental" y "consumerismo" aún es mucho mayor que la difusión de cualquier otra cultura a nivel global.
El nihilismo se ha convertido hoy en el arma principal del imperialismo a nivel espiritual, intelectual, cultural y psíquico. Los pueblos libres del mundo se defienden con sus propias armas: el cristianismo ortodoxo, el islam, el marxismo-leninismo y sus derivados como el socialismo con características chinas y la idea juche.
Rusia y China han entendido lo mucho que perdieron como consecuencia del conflicto sino-soviético, han entendido que medio siglo de sabotaje e intriga orquestada para enemistarlas escondía el miedo de "Estados Unidos" a su coordinación y alianza. Hacia 2020 Rusia y China están, públicamente, en su mejor momento en cuanto a relaciones bilaterales y, estratégicamente, indisolublemente ligadas.
Quienes pueden alterar el balance de poder mundial son las potencias menores. Corea popular, Irán y Pakistán está ya del lado de Rusia-China. Filipinas se ha alejado de "Estados Unidos". ¿Que posición tomarán los vacilantes como Vietnam, Japón, Corea del sur, Australia? ¿Que posición tomará la India?